domingo, 24 de febrero de 2008


¿Qué es?

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células llamadas melanocitos se convierten en malignas. Estas células elaboran un pigmento llamado melanina, responsable del color de la piel, del pelo y del iris de los ojos. La melanina, por su parte, funciona como un fotoprotector evitando que la radiación solar dañe las estructuras o los tejidos del cuerpo. Cuando la piel se expone al sol, los melanocitos producen más melanina como defensa contra la acción de los rayos ultravioleta (UV). Los lunares o pecas aparecen cuando los melanocitos crecen en grupo.

Una persona suele tener entre 10 y 40 y, científicamente, se llaman nevus. Estos se clasifican en dos grupos: nevus congénitos, que pueden ser de nacimiento o aparecer con los años; y nevus adquiridos, que se desarrollan a partir del año de nacimiento y pueden ser típicos o atípicos. Los melanocitos se multiplican y en ocasiones se extienden a otras partes del organismo.

Las metástasis se inician cuando un grupo pequeño de células del tumor primitivo es transportado a otra zona y se detiene en un órgano donde crece y produce un tumor semejante al original. Para despejar las posibles dudas sobre la naturaleza maligna del tumor se utiliza la biopsia, que consiste en la extracción de una muestra del tejido tumoral para analizarlo. De esta manera se puede confirmar el diagnóstico y establecer un tratamiento adecuado.

Causas

Aunque son diversos los factores que lo provocan, parece ser determinante haber tomado en exceso el sol durante la infancia, si bien puede aparecer en personas de todas las edades. Se localiza en todo el cuerpo, y se manifiesta por nuevos lunares o pecas que cambian de tamaño y aspecto. Hay una serie de factores que aumentan el riesgo de padecer un melanoma, y éstos determinan que existan grupos de personas con mayor probabilidad de desarrollarlo. Entre ellos cabe destacar:
  • Tener la piel o el pelo claro

  • Presencia de nevus atípicos.

  • Presencia de nevus en una cantidad superior a 40.

  • Presencia de nevus congénitos.

  • Tener antecedentes familiares de nevus atípicos, de melanoma o de ambas cosas.

  • Haber sufrido una o más quemaduras severas por el sol, especialmente si se han producido en la infancia, pues el efecto de la irradiación solar es acumulativo.

  • Haber estado expuesto muchas horas a rayos ultravioleta (sol, UVB, UVA) aunque tenga la piel totalmente bronceada.

Síntomas

Aunque el melanoma puede aparecer a cualquier edad y cada vez se diagnostica más en jóvenes, la mayor frecuencia se da entre los 40 y 50 años, lo cual es común a los distintos cáncer de piel.
  • En cuanto al sexo, el melanoma se da con más frecuencia en mujeres que en hombres.
    Las profesiones realizadas a la intemperie y los deportes al aire libre también son un factor de riesgo.

  • Las personas con una piel muy sensible que siempre se queman y nunca se broncean en su primera exposición constituyen un grupo de riesgo.

  • Las personas que en algún momento de su vida se han visto afectadas por un melanoma corren el riesgo de recaer o de desarrollar nuevos melanomas. Por este motivo es muy importante el seguimiento médico y el mantenimiento de medidas de prevención.

  • Prevención

    El sol constituye el principal factor de riesgo para desarrollar un melanoma, por lo que es recomendable tomar una serie de medidas básicas a la hora de exponerse a los rayos solares. Las personas con melanoma deben seguir con especial atención las normas generales para protegerse de la radiación, ya que corren un mayor riesgo de desarrollar nuevos tumores. Para proteger la piel conviene tener en cuenta los siguientes consejos:

    • Evitar el efecto acumulativo del sol en la piel y las quemaduras, especialmente durante la niñez y la adolescencia, ya que la piel es mucho más sensible.

    • Durante los baños de sol hay que utilizar cremas, lociones o geles protectores que sean eficaces tanto para los rayos UVA como para los UVB y que tengan, como mínimo, un factor 15 de protección.

    • Los bronceadores de los salones de belleza deben aplicarse bajo control, ya que contienen rayos UVA perjudiciales para la piel.

    • Se debe restringir el contacto con productos potencialmente fotosensibles, como los jabones, los desodorantes y los perfumes, que pueden crear una especial sensibilidad a la luz del sol. También existen fármacos fotosensibilizadores, por lo que conviene consultar al médico si se encuentra bajo medicación.

    • Los rayos solares son más dañinos entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde. Durante este tiempo se deben evitar las exposiciones solares sin protección. Además, el reflejo de la luz solar aumenta en la playa, el agua o la nieve. Como consecuencia, sus efectos se multiplican. Hay que buscar la sombra natural que proporcionan la vegetación o los edificios como una protección contra el sol.

    • Las gafas de sol y los sombreros son unos accesorios muy útiles ya que, además de la cara, protegen el cuello y las orejas. Las ropas de color oscuro ofrecen mayor protección que los vestidos de color pastes o suave.

    Tipos

    El melanoma, que presenta formas, volúmenes y colores variables, puede desarrollarse en cualquier superficie de la piel. En los hombres aparece generalmente en el tronco, desde la espalda hasta la cadera, en la cabeza o en el cuello. En cambio, en las mujeres se desarrolla principalmente en las piernas o en el tronco. No se deben excluir otras partes del cuerpo, ya que también puede desarrollarse debajo de las uñas, en las palmas de las manos o en las plantas de los pies. Es importante recordar que ésta no es una enfermedad contagiosa, por lo que no existe ningún riesgo derivado del contacto con personas que la sufren. Existen varios tipos de melanoma:

    • Lentigo maligno: Afecta a las áreas de la piel que se han visto expuestas durante largo tiempo al sol. Se localiza en la cara, la cabeza y el cuello, y en algunos casos en el dorso de la mano y las piernas y se presenta entre los 60 y 70 años. Al inicio se percibe una mancha de bordes mal delimitados. Con el tiempo la mancha se extiende y modifica hasta formar un nódulo. Si desaparece, vuelve a presentarse en otras áreas. El color puede ser variable, con áreas de distintas tonalidades de marrón, pero también pueden ser rojas o negras.

    • De extensión superficial: Aparece en cualquier zona de la piel, aunque en los hombres se localiza más en el tronco, y en las mujeres, más en las piernas. Es el más frecuente entre la población blanca: constituye cerca del 50 por ciento de todos los melanomas y aparece entre los 40 y 50 años. Es una mancha superficial de bordes bien delimitados. Su crecimiento es lento. Aparecen uno o varios. Su color es intenso pero muy variable: marrón, gris, negro o rosa. La forma del borde es irregular.

    • Acral: Afecta a las plantas de los pies y, en menor grado, a las palmas de las manos, los dedos, los genitales y la boca. Constituye el 10 por ciento de los melanomas entre la población blanca y el 50 por ciento entre la negra u oriental y puede aparecer a cualquier edad. Sobre la mancha inicial aparece un tumor a los pocos meses y las lesiones son muy variables. Tiene los bordes más dispersos, pero los colores son parecidos a los del melanoma de extensión superficial.

    • Nodular: Se localiza en cualquier zona de la piel, aunque por lo general se sitúa en la cabeza y el tronco. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres y se desarrolla entre los 50 y 60 años. El tumor crece rápidamente sin apreciarse una mancha. Su aspecto es el de una lesión en forma de nódulo tumoral. El color es variable: negro, azulado, marrón, rojizo. Sangra a menudo y está elevado sobre la piel.

    Diagnóstico

    El sistema ABCD es una guía útil para identificar manchas en la piel que deberían ser consultadas por el médico: A. Asimetría: Las lesiones de melanoma suelen ser de forma irregular (asimétrica); los lunares benignos -no cancerosos- suelen ser redondeados (simétricos). B. Borde: Estas afecciones tienen a menudo bordes desiguales o irregulares (mellados o con muescas); los lunares benignos tienen bordes lisos. C. Color: Las lesiones presentan muchas sombras de marrón o negro; en los lunares benignos se aprecia una única mancha marrón. D. Diámetro: Normalmente tienen más de 6 milímetros de diámetro. Los lunares que no son peligrosos suelen medir menos.

    Tratamientos

    El tratamiento del melanoma depende del tipo y del estadio del tumor, así como de otros factores como el estado de salud y la edad del paciente. Existen cuatro tipos de tratamiento que pueden utilizarse de forma combinada:

    • Cirugía: Es el tratamiento más común y consiste en la total extirpación del tumor junto a una parte del tejido sano que hay a su alrededor. De esta manera se evita que el cáncer se reproduzca en el caso de que haya invadido otras zonas cercanas. La cantidad de tejido extirpado depende de la profundidad y el grosor del melanoma.

    • Quimioterapia. Consiste en la administración de fármacos anticancerígenos. Pueden combinarse varios fármacos para incrementar su eficacia, e incluso aplicarse localmente. Este tratamiento es de gran utilidad cuando el melanoma se ha extendido desde el lugar de origen a otras partes del cuerpo (últimas etapas). La quimioterapia puede ser administrada con agente terapéuticos biológicos, como la interleukina 2. Aunque estas combinaciones aparentemente provocan el encogimiento de los tumores en un alto porcentaje de los pacientes, en comparación con la quimioterapia por si sola, existe muy poca evidencia de que puedan prolongar la tasa de supervivencia. La perfusión de los miembros es una propuesta en la investigación para la administración de la quimioterapia. Este es un método para administrar los agentes quimioterapéuticos con el fin de que estos sólo puedan alcanzar la extremidad, una pierna o un brazo, donde se encuentre el cáncer. El doctor bloqueará temporalmente el flujo sanguíneo hacia el resto del cuerpo mientras se proporciona la quimioterapia. Este método solo está considerado si el cáncer no se ha diseminado más allá de la extremidad.
      La dacarbazina es el medicamento quimioterapéutico usado más comúnmente para tratar el melanoma. Se administra por vía intravenosa y puede ser repetido en intervalos de tres a cuatro semanas. Efectividad La dacarbazina, usada por sí sola, ha producido niveles de respuesta (encogimiento del tumor) en un 10% a 20% y remisiones o recuperaciones completas, en un muy pequeño porcentaje de los pacientes con melanoma. Estas respuestas por los general no son duraderas.

    • Inmunoterapia. También llamada bioterapia o terapia biológica, consiste en aumentar las defensas naturales del cuerpo ante la enfermedad. De esta manera el sistema inmunitario de las personas afectadas se fortalece. Las sustancias más utilizadas son los interferones , sustancias naturales derivadas de los leucocitos que el propio cuerpo produce en pequeñas cantidades como reacción a ciertos estímulos (virus, toxinas, etc.). La más empleada es el interferón-alfa , que ha demostrado ser muy eficaz en los melanomas con alto riesgo de recaída.

    • Radioterapia. Se trata del uso de radiación de alta intensidad para destruir las células cancerígenas y detener su crecimiento. El tratamiento es local, lo cual significa que sólo afecta a las células de una zona determinada. En el caso del melanoma, únicamente se utiliza para tratar metástasis en los huesos o en el cerebro.

    REFERENCIAS

    DMedicina.com. Melanoma http://www.dmedicina.com/salud/cancer/melanoma.html 2008
    2008